Lima, Perú. – El Ministerio de Salud (Minsa), encabezado por el ministro César Vásquez, solicitó formalmente la reactivación del préstamo N.º 9274-PE con el Banco Mundial, por un monto superior a S/ 300 millones (unos USD 68 millones), destinado al Proyecto de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Vigilancia de Salud Pública, el cual había sido cancelado unilateralmente.

En abril, el Minsa había rechazado el financiamiento bajo el argumento de que “no había avances suficientes”, pese a que ya se habían desembolsado más de S/ 24 millones y existía una ejecución acumulada de 8 %. Sin embargo, fuentes identifican que la verdadera causa fue la insistencia en mantener en el cargo a Consuelo Perales Meta como coordinadora del proyecto, pese a que el Banco Mundial exigía una renovación del equipo técnico.
La permanencia de Consuelo Perales Meta como coordinadora del proyecto financiado por el Banco Mundial desató una fuerte controversia política y técnica. Su cercanía con Alianza para el Progreso (APP), el partido del actual ministro de Salud, César Vásquez, levantó sospechas de nepotismo y uso partidario de cargos públicos.
Además, Perales enfrenta investigaciones por presunta malversación de fondos en una gestión anterior, lo que aumentó las alertas sobre su idoneidad para liderar un proyecto estratégico. La negativa inicial del Ministerio a separarla fue interpretada como una decisión política que antepuso lealtades internas sobre la eficiencia institucional.
Consecuencias de la paralización

La cancelación del préstamo no solo significó la pérdida de recursos financieros externos, sino también el estancamiento de una iniciativa crítica para la respuesta del país ante posibles emergencias sanitarias.
Expertos en salud pública y organismos multilaterales advirtieron que suspender el proyecto comprometía la capacidad técnica del Perú para detectar brotes epidémicos, retrasando además la modernización del sistema de vigilancia y diagnóstico.
Un cambio de postura ante presión técnica y política

Frente a las críticas y al riesgo de perder completamente el financiamiento internacional, el Minsa envió el Oficio N.º 511-2025-DM/MINSA el 15 de mayo, solicitando oficialmente al Banco Mundial la reactivación del préstamo. Esta decisión supone un giro importante en la gestión del sector, que busca ahora recuperar el tiempo perdido.
No obstante, hasta el momento no se ha confirmado si el Banco Mundial aceptará reiniciar el proyecto en las condiciones actuales, lo que dependerá de una eventual reestructuración del equipo técnico a cargo.
Este caso revela cómo decisiones políticas pueden afectar directamente la implementación de políticas públicas en salud. El retraso en un proyecto de esta envergadura compromete no solo la eficiencia institucional, sino también la confianza de los organismos internacionales.