Lima, Perú. – Una deuda que supera los S/240 millones (66 millones de dólares americanos), mantiene en tensión a los gremios médicos, proveedores del sector salud y a millones de asegurados del Seguro Social de Salud (EsSalud), quienes ya experimentan las consecuencias: cirugías reprogramadas, escasez de insumos médicos y tratamientos suspendidos.
Según el Gremio de Salud de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), esta deuda acumulada entre 2024 y lo que va del 2025 responde al impago sistemático de más de 12 mil facturas por la provisión de insumos quirúrgicos, dispositivos médicos, prótesis, válvulas cardíacas, medicamentos oncológicos y materiales para hemodiálisis.
La advertencia del gremio de la Cámara de Comercio de Lima es clara, si no se cancelan los pagos pendientes, el desabastecimiento se agravará y la atención médica se paralizará en los principales hospitales del país.

En el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, uno de los principales establecimientos de EsSalud, el panorama es alarmante. Fuentes médicas indican que las salas de operaciones están recibiendo menos materiales quirúrgicos de lo habitual y los retrasos en cirugías han comenzado a normalizarse. “No tenemos válvulas para cardiopatías, estamos priorizando solo emergencias. Pero los pacientes crónicos no pueden esperar”, comenta un cirujano cardiovascular que pidió mantener su identidad en reserva.
A esta situación se suma la falta de medicamentos de alto costo para tratamientos prolongados, como los de VIH, cáncer, insuficiencia renal y enfermedades autoinmunes. “Desde abril no recibo mi medicación completa. Cada semana me dicen que vuelva el lunes siguiente”, cuenta Elsa, una paciente con artritis reumatoide que recibe tratamiento biológico en el hospital Guillermo Almenara.

El gremio ha dirigido dos comunicaciones formales al presidente ejecutivo de EsSalud, Dr. Segundo Acho Mego, fechadas el 16 de abril y el 28 de mayo, exigiendo reuniones urgentes y transparencia sobre el cronograma de pagos. A la fecha, no ha habido respuesta institucional pública ni privada, lo que ha encendido aún más las alarmas.
En contraste, voceros de EsSalud han declarado que los pagos están siendo revisados por supuestas “observaciones técnicas” y que el retraso responde a una reestructuración interna del sistema de adquisiciones. Sin embargo, no han desmentido el monto total de la deuda ni presentado un plan claro de solución.
¿Qué hay detrás de la deuda?
Especialistas en salud pública advierten que este desbalance financiero responde a una falta de planificación presupuestal, sumado al uso discrecional de fondos en adquisiciones directas o subejecución de presupuestos regionales. También se menciona una demora sistemática en los procesos de licitación, lo que rompe la cadena de abastecimiento.
“EsSalud no está pagando a sus proveedores, pero tampoco está transparentando cuánto se ha ejecutado realmente en su presupuesto 2024-2025. La ciudadanía merece saber por qué no hay medicinas si cada mes aporta”, afirma la economista en salud Mariana Tello.
Riesgo para los pacientes
El impacto más grave es sobre los más de 12 millones de peruanos afiliados a EsSalud que, en muchos casos, no tienen otra alternativa de atención médica. Lo que comenzó como un “retraso administrativo” se ha transformado en un riesgo sanitario nacional.
Las asociaciones de pacientes ya han comenzado a documentar casos de abandono terapéutico involuntario, debido a la suspensión de tratamientos por falta de insumos. Esto no solo agrava el estado de salud de las personas, sino que aumenta la presión sobre las emergencias hospitalarias, ya saturadas desde antes de la pandemia.
Mientras los pagos no se regularicen y los insumos sigan sin llegar, la salud de millones de personas queda en vilo. La urgencia no está solo en las cifras, sino en las historias detrás de cada cirugía postergada, cada tratamiento suspendido, cada diagnóstico que llega tarde por falta de reactivos.