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Cuando el VIH se convierte en herramienta de castigo político: el caso de Omar Ortega en Telmex (México).

Fuente de imagen: cuenta de Instagram @0ortegaz

En México, hablar públicamente de vivir con VIH todavía tiene un alto costo. Si a eso se le suma ser un hombre gay y alzar la voz ante las injusticias, las consecuencias pueden ir más allá del estigma social y convertirse en violencia institucional. Esto es lo que ha vivido Omar Ortega Zenteno, trabajador de Teléfonos de México (Telmex), quien ha decidido denunciar el hostigamiento y discriminación que enfrenta en su centro de trabajo.

Lima, Perú. – En una entrevista para VIHDAS IMPARABLES, Ortega relata cómo su salud y su orientación sexual han sido utilizadas como armas para desacreditarlo y aislarlo en su centro de trabajo, tras oponerse a la reelección del dirigente sindical. Entré a trabajar a Telmex en 2014. Todo marchó bien mientras uno se mantuviera dentro de una línea política definida, relata Omar. Fue su involucramiento en temas sindicales lo que empezó a tensar las cosas, dado a que se opuso a despidos que consideró injustos, y comenzó a cuestionar lo que parecía una cultura de lealtades incondicionales.

En 2018, Omar recibió diagnosticado con VIH. Tuve una pérdida de peso importante y tenia una carga viral alta, sumado a una etapa de negación muy fuerte, cuenta. Aunque durante años intentó mantener su diagnóstico en reserva, el desorden dentro del sistema interno del sindicato permitió que esta información se filtrara. Por ahí del 2019 ya se escuchaban los rumores en la oficina, aunque yo aún yo no estaba preparado para aceptarlo públicamente, dice Ortega.

Fue recién en 2022 cuando Omar se asumió de forma abierta como una persona que vive con VIH. Aceptar mi diagnóstico me ayudó muchísimo, reconoce. Durante un tiempo, sus citas médicas se gestionaban sin mayores inconvenientes. Bastaba con mostrar su libreta de consultas del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social). Sin embargo, todo cambió en agosto de 2024, cuando el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana le notificó una sanción de pérdida de derechos. Desde entonces, las dinámicas en su entorno laboral se deterioraron drásticamente.

Mi jefe directo me dijo que debía tramitar mis permisos médicos con el sindicato. El sindicato, a su vez, me dijo que no tenían facultades por mi sanción. Fue así una y otra vez, cuenta. Incluso cuando presentó un informe médico que alertaba sobre una posible manifestación de sarcoma de Kaposi, no obtuvo respuesta.

Finalmente, elevó una queja formal ante Recursos Humanos, pero la respuesta fue aún más desconcertante: debía presentar una constancia especial del IMSS que indicara la necesidad de su cita médica, y hacerla llegar al mismo sindicato que le había quitado derechos.

El deterioro emocional y físico fue evidente. Los chistes nunca acaban. Te hieren, pero eso no significa que los vayan a dejar de hacer, afirma. Te mandan a hacer los mandados, te ignoran, y tú cedes porque quieres estar en paz, porque no quieres estar solo. El clima de hostigamiento no solo venía de sus superiores o del sindicato, sino de compañeros que antes consideraba cercanos.

En un intento por buscar justicia, Omar presentó una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). Sé que muchas personas prefieren callar. Por miedo, por no perder su trabajo, porque creen que no van a obtener respuesta. Pero hay que intentarlo. Hay que tener esta cultura de la denuncia, sostiene.

Aun así, reconoce lo difícil que ha sido sostener su salud emocional y médica durante este proceso. Las consultas médicas las ha podido cubrir solo gracias a la ayuda de su madre, quien, a pesar de estar enferma y haber sido operada dos veces en el último año, ha estado a su lado.

Una institución, una empresa, no deberían permitir esto. Menos cuando tienes un sindicato que supuestamente debe protegerte, no promover agresiones, afirma con contundencia. Su historia no solo revela el estigma persistente que enfrentan las personas que viven con VIH, sino también cómo, dentro de ciertos contextos laborales y políticos, ese estigma puede ser usado como herramienta para castigar la disidencia y silenciar voces incómodas.

Hoy, Omar alza la voz no solo por él. Mi publicación no es para pelear. Es para visibilizar. Para que no sigamos normalizando la discriminación en los espacios de trabajo, dice. Su caso no es aislado, y podría ser el espejo de miles de personas que callan por temor a las represalias.

Entrevista del programa VIHDAS IMPARABLES

VIHDAS IMPARABLES es un programa producido y dirigido por Josue Valera, es un espacio de entrevistas que amplifica las voces de personas que viven con VIH y enfrentan el estigma y discriminación en América Latina. Las opiniones expresadas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de la persona entrevistada y no representan necesariamente la posición de VIHDAS IMPARABLES ni de Radio Conexión Vida.

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