¿Es posible dejar de tomar los antirretrovirales de forma diaria sin que se vea afectada la salud? esta pregunta tuvo respuesta en la 12ª Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida (IAS 2025), realizada en Kigali, Ruanda.
En medio de una crisis de financiamiento global para el VIH y reportes crecientes sobre desabastecimiento de antirretrovirales en varios países, esta propuesta que podría cambiar la manera en que muchas personas con VIH toman su tratamiento antirretroviral y aunque esta opción podría reducir costos y facilitar la adherencia, los estudios aún muestran resultados dispares.

¿De qué se trata esta propuesta?
La dosificación intermitente consiste en tomar los medicamentos antirretrovirales (ARV) solo ciertos días de la semana —cuatro o cinco días— en lugar de hacerlo todos los días como actualmente se recomienda. Esta estrategia busca aliviar la carga diaria del tratamiento, reducir efectos secundarios y hacer más sostenible el gasto en medicamentos en los sistemas de salud.
¿Qué se presentó en IAS 2025?
Durante el evento realizado en Kigali, Ruanda, investigadores de diversos países compartieron datos de estudios en curso que analizan la efectividad de esta modalidad. Algunos ensayos clínicos muestran que en adultos con buena adherencia y carga viral indetectable sostenida, tomar la medicación cuatro días a la semana puede ser igual de efectivo que el régimen diario.

Sin embargo, los resultados no son iguales en todos los grupos. En el caso de los adolescentes, se reportaron más cambios en la carga viral, lo cual ha encendido las alarmas sobre su implementación sin una evaluación cuidadosa por grupo etario y nivel de vulnerabilidad.
En ese escenario, estrategias como la dosificación intermitente comienzan a sonar como alternativas provisionales. No porque sean ideales, sino porque podrían aliviar el uso de medicamentos sin suspender completamente el tratamiento en contextos de conflictos bélicos, crisis económicas o burocracias internas.
¿Es para todas las personas?
La respuesta, de momento, es no. La Organización Mundial de la Salud aún no ha emitido ninguna recomendación formal sobre esta estrategia. Expertos enfatizan que la dosificación intermitente no debe usarse sin supervisión médica, y menos aún en personas con adherencia irregular, resistencia previa a medicamentos, o en poblaciones clave con mayores barreras estructurales para el tratamiento.

Lo que se propuso en IAS 2025 no fue cambiar las guías clínicas actuales, sino abrir el debate y fomentar más investigación. Hay un potencial enorme para aliviar la carga del tratamiento diario, pero los riesgos de implementar esta medida de forma prematura también son altos.
Como señalaron varios panelistas en IAS 2025, es una posibilidad prometedora, pero que debe caminar con la ciencia al lado y con las poblaciones más afectadas al centro.