El Grupo de Cooperación Técnica Horizontal, que reúne a los programas nacionales de VIH e ITS de 20 países y 12 redes comunitarias, advierte que la eliminación de ONUSIDA pondría en riesgo los avances y la coordinación global en salud pública.
Lima, Perú. – En una carta dirigida al Secretario General de la ONU, António Guterres, el Grupo de Cooperación Técnica Horizontal (GCTH) advirtió que el cierre de ONUSIDA propuesto en el marco de la iniciativa de reforma UN80 sería un retroceso en la lucha global contra el VIH. El grupo, integrado por los programas nacionales de VIH de 20 países y 12 redes comunitarias, pidió a las Naciones Unidas garantizar la continuidad del organismo al menos hasta el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
América Latina alza la voz ante la propuesta UN80
En su pronunciamiento, el Grupo de Cooperación Técnica Horizontal (GCTH) expresa su “profunda preocupación” por los posibles efectos que tendría el cierre de ONUSIDA dentro del plan de reforma institucional UN80, impulsado por Naciones Unidas. El documento recuerda que el organismo ha sido, durante casi tres décadas, el principal espacio de coordinación técnica y política entre gobiernos, agencias internacionales y redes comunitarias en la respuesta mundial al VIH.
El GCTH señala que, si bien reconoce la necesidad de modernizar el sistema multilateral, la desaparición de ONUSIDA significaría un retroceso en la planificación, el financiamiento y la protección de los derechos humanos de las poblaciones más afectadas por la epidemia. Por ello, pide que cualquier proceso de cambio se realice de manera gradual y con la participación activa de los países y comunidades involucradas.
Desafíos persistentes en América Latina y el Caribe
En la carta, el GCTH advierte que el contexto regional sigue siendo complejo y que los avances frente al VIH aún están lejos de las metas globales. En América Latina, las nuevas infecciones aumentaron un 13 % desde 2010, con incrementos más marcados en Perú (51 %), México (23 %) y Brasil (8 %).
El documento también resalta las desigualdades de género: mientras la mortalidad por causas relacionadas al VIH ha disminuido un 44 % en hombres, la reducción en mujeres es apenas del 6 %, lo que evidencia una respuesta aún insuficiente en materia de equidad. Las mujeres trans, trabajadoras sexuales, personas indígenas y afrodescendientes continúan siendo las poblaciones más afectadas por el estigma y las barreras de acceso a los servicios de salud.
En el Caribe, la situación tampoco es menor. La región mantiene la prevalencia más alta fuera del África subsahariana, con 15.000 nuevas infecciones y cerca de 4.800 muertes anuales, según cifras citadas por el GCTH.
El papel de ONUSIDA en la respuesta global
El GCTH subraya que ONUSIDA ha sido un actor insustituible en la lucha contra el VIH, al coordinar los esfuerzos entre gobiernos, agencias de cooperación internacional y sociedad civil. Su papel ha permitido alinear políticas de salud, movilizar recursos financieros y garantizar que la respuesta mundial incluya a las poblaciones más afectadas.
Según el pronunciamiento, el organismo ha sido clave para impulsar respuestas nacionales inclusivas, fortalecer la planificación estratégica de los programas de VIH y promover la defensa de los derechos humanos como pilar central de la salud pública.
El documento advierte que una eliminación apresurada del programa podría interrumpir la coordinación internacional, debilitar la recopilación de datos epidemiológicos y poner en riesgo la Estrategia Mundial contra el Sida 2026–2031, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculados a la salud y la igualdad.