El fármaco, que bloquea la proteína gp120 implicada en la entrada del VIH a las células, será evaluado como posible modulador de la inflamación persistente que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Lima, Perú. – El ensayo clínico RESTART, liderado por el Centro de Investigación del Hospital Universitario de Montreal (CHUM), evaluará si el antirretroviral fostemsavir puede mejorar la salud cardiovascular en personas con VIH. La investigación incluirá a 150 participantes que serán seguidos durante dos años, con el fin de determinar si añadir el fármaco a un tratamiento antirretroviral estable ayuda a reducir los niveles de inflamación y los marcadores de riesgo cardíaco.
La hipótesis científica detrás del estudio
El estudio parte de una observación ampliamente documentada: incluso cuando las personas con VIH mantienen una carga viral indetectable gracias al tratamiento antirretroviral, su organismo continúa experimentando niveles persistentes de inflamación. Esta inflamación crónica se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de morbilidad en el envejecimiento con VIH.
El fármaco fostemsavir, aprobado en 2020 para personas con VIH con opciones terapéuticas limitadas, actúa bloqueando la proteína gp120, una estructura que el virus utiliza para unirse al receptor CD4 de las células inmunes e iniciar la infección.
Más allá de su papel en la entrada del virus, la gp120 también está implicada en procesos de activación inmune y daño endotelial, contribuyendo al estado inflamatorio que afecta al sistema cardiovascular.
La hipótesis del ensayo RESTART es que al bloquear gp120, fostemsavir podría disminuir la inflamación sistémica y, con ello, reducir los riesgos cardiovasculares asociados al VIH. Este enfoque busca explorar un beneficio adicional del medicamento, más allá de su eficacia antiviral.

Evidencia previa que respalda la investigación
El interés en el posible efecto cardiovascular de fostemsavir surgió a partir de observaciones en estudios anteriores, especialmente en el ensayo de fase 3 BRIGHTE, que evaluó el medicamento en personas con VIH multirresistente.
Además de demostrar eficacia virológica y aumentos sostenidos en el recuento de linfocitos CD4, el estudio registró mejoras en biomarcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva y los indicadores de activación inmunológica y coagulopatía.
Estos hallazgos, aunque secundarios, abrieron la posibilidad de que el bloqueo de la gp120 tenga un impacto más amplio que el control de la replicación viral. Estudios complementarios publicados en The Journal of Infectious Diseases en 2025 reforzaron esta hipótesis al mostrar que fostemsavir reduce la activación de anticuerpos dirigidos a gp120 y podría atenuar la respuesta inflamatoria endotelial, asociada al daño de los vasos sanguíneos.
El ensayo RESTART retoma estas evidencias para probar, por primera vez, si estos efectos biológicos se traducen en beneficios clínicos medibles sobre la salud cardiovascular. Se espera que los resultados contribuyan a entender si las terapias antirretrovirales pueden desempeñar un papel doble: controlar el virus y, al mismo tiempo, mitigar las comorbilidades crónicas asociadas al VIH.
Búsqueda de nuevos beneficios terapéuticos
El ensayo RESTART marca el inicio de una nueva etapa en la investigación del VIH, en la que los tratamientos no solo buscan controlar la infección, sino también mejorar la salud integral de las personas que viven con el virus. Sin embargo, los especialistas subrayan que se trata de una fase exploratoria, cuyo objetivo principal es evaluar la seguridad y los efectos biológicos de fostemsavir sobre la inflamación y el sistema cardiovascular, más que demostrar una reducción directa de eventos cardíacos.
Los resultados de este estudio permitirán determinar si vale la pena avanzar hacia ensayos más amplios que confirmen un potencial beneficio clínico.
Por ahora, el bloqueo de la proteína gp120 se perfila como una línea prometedora de investigación, que podría abrir nuevas oportunidades para comprender y tratar las consecuencias a largo plazo del VIH más allá de la infección viral.