Lima, Perú. – Un estudio presentado durante la Conferencia IDWeek 2025, celebrada en Atlanta, sugiere que la vacuna contra el herpes zóster podría ofrecer beneficios más allá de la prevención del virus. Según los investigadores de la Universidad Case Western Reserve, las personas vacunadas tuvieron un menor riesgo de demencia vascular, infarto, ictus y trombosis, en comparación con quienes no recibieron la inmunización. Los hallazgos abren nuevas líneas de investigación sobre cómo la prevención de la reactivación del virus varicela-zóster podría reducir la inflamación cerebral y vascular a largo plazo.

Un estudio que vincula la vacunación con menor riesgo neurológico y cardíaco
El análisis, presentado por Ali Dehghani y su equipo, evaluó los registros médicos de más de 174,000 adultos mayores de 50 años atendidos en 107 sistemas de salud de Estados Unidos. Los participantes fueron seguidos entre tres meses y siete años después de recibir la vacuna contra el herpes zóster, y sus resultados se compararon con personas que no se vacunaron o que recibieron otras inmunizaciones, como la vacuna neumocócica
Los investigadores observaron que la vacunación frente al herpes zóster se asoció con una reducción del 50 % en el riesgo de demencia vascular, un 25 % menos de probabilidades de infarto o ictus y una disminución del 27 % en casos de trombosis. Además, la mortalidad general fue 21 % menor en el grupo vacunado. Aunque el estudio es de carácter observacional y aún no ha sido revisado por pares, las asociaciones fueron consistentes incluso tras ajustar por edad, sexo y comorbilidades.
Los expertos plantean que la reactivación del virus varicela-zóster —causante del herpes zóster— podría generar procesos inflamatorios persistentes en el sistema nervioso y los vasos sanguíneos. Al prevenir estos episodios, la vacuna podría reducir indirectamente la inflamación crónica que contribuye al deterioro cognitivo y a las enfermedades cardiovasculares.

Cómo podría proteger la vacuna a personas con VIH
Los investigadores proponen que la vacuna frente al herpes zóster podría reducir la inflamación que ocurre cuando el virus varicela-zóster —causante de la culebrilla— se reactiva en el organismo. Esta reactivación, más frecuente con la edad o en personas inmunocomprometidas, puede afectar los vasos sanguíneos y el sistema nervioso, generando inflamación crónica que eleva el riesgo de demencia vascular, accidente cerebrovascular o infarto.
Al evitar estos episodios, la vacuna disminuiría la exposición repetida del cuerpo a esos procesos inflamatorios, lo que podría traducirse en una menor degeneración neuronal y daño vascular. Este efecto preventivo no sería directo sobre el cerebro o el corazón, sino una consecuencia de reducir la carga inflamatoria sistémica asociada al virus.
Durante IDWeek 2025 también se presentaron resultados específicos en personas que viven con VIH. En ese grupo, la vacunación se asoció con menor mortalidad y menor riesgo cardiovascular, aunque el efecto sobre la demencia no fue estadísticamente significativo. Los expertos destacan que, aun así, los beneficios inmunológicos y antiinflamatorios podrían ser relevantes para esta población, que presenta mayor riesgo de complicaciones neurológicas y cardíacas.
Los autores del estudio advierten que los datos son observacionales y, por tanto, no demuestran causalidad. Aunque las asociaciones son sólidas, se requieren ensayos clínicos para confirmar si la vacunación tiene realmente un efecto protector sobre la salud cerebral y cardiovascular. De confirmarse, estos hallazgos ampliarían el valor preventivo de una vacuna ya recomendada para personas mayores de 50 años y adultos con inmunosupresión.
Implicaciones y próximos pasos
Los resultados presentados en IDWeek 2025 son alentadores, pero todavía no permiten establecer una relación causal entre la vacunación frente al herpes zóster y la reducción del riesgo de demencia o enfermedades cardiovasculares. El estudio fue observacional y, aunque los datos se mantuvieron consistentes tras múltiples ajustes, es necesario confirmar los hallazgos mediante ensayos clínicos controlados y seguimiento a largo plazo.
Los investigadores de la Universidad Case Western Reserve planean ampliar el análisis para incluir más variables, como el tipo de vacuna utilizada, la edad al momento de la inmunización y la presencia de enfermedades crónicas que puedan influir en los resultados. También se prevé realizar estudios mecanísticos que permitan entender con mayor precisión cómo la reducción de la inflamación causada por el virus varicela-zóster podría impactar en la salud cerebral y vascular.
Mientras se desarrollan nuevas investigaciones, las recomendaciones de vacunación no cambian: la vacuna frente al herpes zóster sigue indicada para adultos mayores de 50 años y personas inmunocomprometidas, incluidas aquellas que viven con VIH. Los hallazgos de IDWeek 2025 aportan un posible beneficio adicional, pero deberán confirmarse con evidencia más sólida antes de modificar las guías clínicas.
Fuentes consultadas
- gTt-VIH (Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH): La vacuna frente al herpes zóster reduce el riesgo de demencia y problemas cardíacos. Publicado el 30 de octubre de 2025.
 - Infectious Diseases Society of America (IDSA): Shingles Vaccine Lowers Risk of Dementia and Major Cardiovascular Events. Presentado en IDWeek 2025 (19–22 octubre, Atlanta).
 - CIDRAP – Center for Infectious Disease Research and Policy (Universidad de Minnesota): Shingles vaccine tied to significant reductions in risk of dementia, heart disease, and death.
 



