El nuevo informe muestra un retroceso impulsado por la reducción del financiamiento internacional, afectando programas de prevención, diagnóstico y tratamiento en regiones de alta vulnerabilidad.

El retroceso global evidenciado por ONUSIDA
Lima, Perú. – El nuevo informe mundial de ONUSIDA para el Día Mundial del Sida 2025 revela que la respuesta global frente al VIH atraviesa su mayor nivel de disrupción en más de una década, impulsada principalmente por una caída sostenida del financiamiento internacional. Según el documento, en 2024 40,8 millones de personas vivían con VIH en el mundo, mientras que se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones, cifras que evidencian un estancamiento preocupante y que alejan al planeta de la meta 2030 de poner fin a la epidemia. Las regiones más impactadas continúan siendo el África subsahariana, el Caribe y partes de Asia y América Latina, donde los avances logrados en años anteriores muestran señales de retroceso.
El informe detalla que las reducciones abruptas en la cooperación internacional han generado una caída del 30 % al 40 % en el financiamiento externo, afectando directamente la continuidad de los servicios esenciales. En varios países, los recortes ya han interrumpido programas de prevención combinada, reduciendo el acceso a condones, PrEP y campañas comunitarias; han limitado la capacidad para garantizar el diagnóstico oportuno, y han generado retrasos en la entrega de tratamiento antirretroviral, poniendo en riesgo los esfuerzos de supresión viral.
ONUSIDA advierte que esta crisis financiera impacta de forma desproporcionada a adolescentes y mujeres jóvenes, así como a poblaciones clave —hombres que tienen sexo con hombres, personas trans, personas que usan drogas inyectables y trabajadoras sexuales—, quienes enfrentan barreras acumuladas de estigma, discriminación y desigualdad estructural. La agencia señala que, sin una acción urgente, se corre el riesgo de perder los avances logrados en la última década y ampliar aún más las desigualdades entre países.

En su análisis, ONUSIDA enmarca el informe bajo la premisa de la “disrupción y transformación de la respuesta”, destacando que, a pesar del escenario crítico, persisten oportunidades para recuperar la trayectoria global: innovación tecnológica, resiliencia comunitaria y el potencial de nuevas alianzas estratégicas. Sin embargo, estas oportunidades solo podrán concretarse si los países de ingresos altos y los socios internacionales revierten la tendencia de desinversión y reconocen que la lucha contra el VIH sigue siendo una prioridad de salud pública y derechos humanos.
Advertencias sobre enfermedad avanzada y supresión viral
El informe advierte un posible rebote de casos de enfermedad avanzada por VIH, vinculados al diagnóstico tardío, las interrupciones de tratamiento y los retrocesos en la retención en servicios. En 2024, aún 9,2 millones de personas no accedían a tratamiento antirretroviral, y las discontinuidades en 2025 ponen en riesgo los avances en supresión viral.
ONUSIDA alerta que, de no revertirse esta tendencia, el mundo podría perder la mayor parte de los progresos logrados desde 2010, afectando la meta 95-95-95 y ampliando las desigualdades que ya afectan a adolescentes, mujeres jóvenes, personas trans, HSH y otras poblaciones clave.
Los datos del informe muestran impactos concretos: en 2025, las pruebas de VIH disminuyeron 43% en Camerún y 17% en Uganda durante los primeros meses del año, mientras que varios países reportaron interrupciones en el diagnóstico infantil temprano, impactando la detección en recién nacidos. Asimismo, en 13 países de África subsahariana y el sudeste asiático se registraron reducciones de entre 2% y 22% en nuevas iniciaciones de terapia antirretroviral al inicio de 2025, una señal temprana del deterioro en la continuidad de servicios.
Regiones con mayor retroceso
- África subsahariana (oriental, meridional, occidental y central)
- Es la región más dependiente del financiamiento internacional para prevención y diagnóstico, con niveles de dependencia de hasta 76%–91% para programas de prevención y 81%–100% para testeo en poblaciones clave.
- En Eswatini, donde la prevalencia es de 23%, el programa perdió 20% de su financiamiento entre 2024 y 2025.
- El recorte dejó sin financiamiento al trabajo comunitario: ONUSIDA documenta el despido de más de 30 monitoras comunitarias y el cierre de puntos de atención.
2. Caribe
Altísima dependencia externa en servicios de prevención y pruebas:
- Prevención: hasta 39% financiado externamente.
- Testeo de poblaciones clave: 75%–100% dependiente de financiamiento internacional.
- ONUSIDA advierte debilitamiento de prevención combinada y aumento de desigualdades territoriales.
3. Asia y el Pacífico
- Regiones con menor capacidad para absorber recortes externos.
- Dependencia internacional en prevención y testeo: 22%–39% en prevención y 60%–75% en pruebas de poblaciones clave.
- Países con fuertes caídas en acceso a PrEP (Vietnam −21%, Papua Nueva Guinea y otros con descenso en servicios).
Un llamado urgente
A pesar del retroceso global, ONUSIDA señala que aún existen oportunidades para transformar la respuesta mediante innovación, nuevos modelos de financiación y una mayor resiliencia de los sistemas comunitarios y sanitarios. El informe destaca que algunos países han logrado recuperar parcialmente servicios afectados —como pruebas de VIH y acceso a PrEP— cuando han reforzado estrategias comunitarias y mecanismos de monitoreo rápidos, demostrando que es posible revertir las disrupciones si se prioriza la inversión sostenida.
Para América Latina, el reporte muestra retos persistentes: fuerte dependencia de financiamiento externo para programas de prevención (39% en promedio), vulnerabilidad en servicios de laboratorio (88% de dependencia internacional) y desigualdades territoriales que limitan el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno.
En un contexto de reducción de ayuda internacional, ONUSIDA advierte que la región deberá fortalecer su inversión doméstica y proteger el trabajo comunitario para evitar nuevos aumentos de infecciones y pérdidas de cobertura en población clave.
Con este llamado, el organismo subraya que frenar la caída del financiamiento no solo es urgente para evitar retrocesos, sino clave para avanzar hacia una respuesta más equitativa, innovadora y sostenible en los próximos años.
Fuentes consultadas
ONUSIDA. “World AIDS Day 2025 Report” (versión pública).



