Desde Estados Unidos, Yajaira Itama, una mujer venezolana del estado Bolívar, comparte en el programa VIHDAS IMPARABLES una historia profundamente humana sobre cómo ha enfrentado dos diagnósticos que marcaron su vida: el VIH y el cáncer. Su testimonio es una lección de fortaleza, espiritualidad y redes de apoyo que la han mantenido —como ella misma dice— “de pie”.
Hoy, en medio de su cuarta sesión de quimioterapia y con más de dos años viviendo con VIH, su testimonio es una luz para muchas personas que atraviesan este camino en silencio y sin apoyo.

Lima, Perú. – Cuando Yajaira recibió el diagnóstico de VIH en febrero de 2023, no fue solo una noticia médica: fue una sacudida emocional. El doctor me lo dijo como si fuera una gripe. Tienes VIH, me dijo, y me entregó unos papeles. Nada más. Salí del hospital y me senté en una silla. No sabía si llorar o reír. Sentí que el mundo se me venía encima, recuerda como si hubiese sido ayer.
Pasó tres días sin comer, en silencio, convencida de que su vida había terminado. Nos han enseñado a imaginar que una persona con VIH es una persona flaquita, enferma, moribunda. Yo tenía miedo de verme así y sobre todo, miedo al qué dirán.
Las personas de mi entorno, solo me llamaban para preguntarme cómo me contagié y quién me había contagiado. Esa es la pregunta más absurda que te pueden hacer. Ni siquiera yo lo sé, pero todos me culpaban a mí.
Yo tenía 40 seguidores en TikTok, pensé que no iba a pasar nada
Las experiencias que vivió Yajaira, más allá de derribarla, la llevaron a hacer algo que no tenia planeado: contar su historia en redes sociales.
Un día simplemente me levanté y dije: tengo que hacerlo. En ese momento tenía solo 40 seguidores. Pensé que nadie lo vería. Pero pasó lo contrario. Empezaron a llegarme mensajes de personas que también vivían con VIH o con cáncer, personas que vivían en silencio, con miedo. Desde entonces, sus transmisiones en vivo se han convertido en un refugio emocional para otras personas que transitan procesos similares.
El precio de la salud siendo inmigrante
La vida le pondría otra prueba, apenas unos días después de cumplir dos años con el diagnóstico de VIH, en febrero de 2025, comenzó a sentir un fuerte dolor en la boca del estómago. Fue internada de emergencia. Los médicos descubrieron que su intestino se había obstruido y durante la operación, encontraron el cáncer.
Lejos de su país, en un sistema de salud distinto, Yajaira halló algo inesperado: apoyo. Dios me bendijo. Encontré una fundación en Estados Unidos que me ha costeado todo: los medicamentos para el VIH, los exámenes, y ahora también el tratamiento oncológico. Ya mi cuenta médica va por más de 76 mil dólares, y yo no he tenido que pagar nada. Si me hubiera tocado asumir eso sola, no estaría viva.
Hoy, mientras atraviesa su cuarta quimioterapia, Yajaira habla con el rostro sereno, aunque confiesa que hay días en los que ni siquiera puede levantarse de la cama. Pero tengo muchas razones para seguir. La primera: las ganas de vivir y segundo mi esposo, que está siempre pendiente de mí.

También ha aprendido a identificar quiénes valen la pena. Cuando te diagnostican algo así, ves quién se queda y quién se va. Le doy gracias a Dios por los que se fueron, y más aún por los que se quedaron.
Antes de terminar la conversación, Yajaira deja un mensaje claro: Ánimo, energía 100% positiva. Si usted se desanima, vaya a mi perfil y vea mi historia. Yo estoy aquí, con VIH y con cáncer, y sigo de pie. Así que, usted también puede.
TikTok: @Yajaira.itama